jueves, 6 de abril de 2017

LA DANZA DE LA MUERTE SOBREVIVE EN LA ANCESTRAL IBERIA


Danza de la Muerte, Verges

LA DANSA DE LA MORT DEL JUEVES SANTO


Manuel Fernández Espinosa


Las Danzas de la Muerte parece que son cosa de los siglos medievales, las damos por desaparecidas y, puntualmente, podríamos verlas en algún teatro si se representara la "Farsa de la Muerte" de Diego Sánchez de Badajoz (Talavera la Real, en las postrimerías del siglo XV y fallecido el año 1549) o alguna de las piezas dramáticas del belga Michel de Ghelderode (1898-1962); pero la Danza de la Muerte sigue representándose. En Verges, en el Bajo Ampurdán (Gerona, Cataluña, España), todavía las "Muertes" recorren sus calles por Semana Santa. 

Los antecedentes de la Danza Macabra de Verges se remontan a la Edad Media; por testimonio documental de 1666 se sabe que la procesión del Jueves Santos ya se celebraba con Danza de la Muerte, pero fue Fray Antonio de San Jerónimo el que adaptó la tradición vergelitana en su libro titulado "Representació de la sagrada Passió y Mort de Nostre Senyor Jesu-Christ" (1773)

La Danza Macabra ha sobrevivido aquí en un estado de pureza admirable. La coreografía la forman cinco figurantes (dos adultos y tres niños), disfrazados de esqueletos. Dan brincos al son del tambor, escoltados por cuatro hermanos de luz que portan antorchas. Un esqueleto adulto lleva la Bandera (que nos avisa de nuestra mortalidad), el otro manipula la Guadaña (en la que pone NEMINI PARCO: "A nadie perdono" y que representa la última hora), un esqueleto niño con un reloj sin brocas (a cualquier hora puede ser) y dos esqueletos infantiles que llevan dos platillos con ceniza (el polvo en que nos convertiremos).

Aunque no con una coreografía tal, en la Semana Santa de toda la Península Ibérica todavía podemos rastrear vestigios en la iconografía fúnebre que, además de ser "Memento mori" (recordatorio de la muerte), es mostrada como vencida por la Resurrección de Cristo, así en Sevilla tenemos el paso del Triunfo de la Santa Cruz sobre la Muerte ("La Canina"). 

En Écija (Sevilla) también se celebraba una Danza de la Muerte, pero era representada en el día de los Santos Inocentes y, en vez de esqueletos, se ataviaban con enaguas y camisolines. En Torredonjimeno (Jaén), así como en muchas más localidades de toda España, también parece que se representaban, a juzgar por unos versos alusivos a la Muerte que igualaba al rico con el pobre y al Papa con el villano. 

Abajo un vídeo de la Dansa de la Mort catalana.


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