jueves, 24 de julio de 2014

CHARROS, GAUCHOS Y CHIRRIS



 
 
UN RASTREO ETIMOLÓGICO
 
 
Por Manuel Fernández Espinosa
 
 
El tema es tan amplio que no podrá ser despachado con este breve comentario, pero sí creo que puede servir como aproximación, a la vez que de motivo de inspiración para que otros puedan desarrollarlo como merece.
 
El vocablo "charro" se emplea en la Península Ibérica y en América.
 
Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, "charro" se usa para referirse al "Aldeano de Salamanca, y especialmente el de la región que comprende Alba, Vitigudino, Ciudad Rodrigo y Ledesma"; su uso se ha generalizado en nuestros días hasta comprender todo el territorio de la provincia de Salamanca sin restringirse al propiamente denominado "Campo Charro"; así también se denomina "charro" todo lo típico y tradicionalmente salmantino, pues no sólo se usa como gentilicio sino que también se emplea para todo lo "perteneciente o relativo a estos aldeanos": de tal manera que podemos hablar de "traje charro" para los vistosos vestidos de hombre y mujer "charros", como para cualesquiera de los enseres tradicionales y más característicos de la provincia: dígase por caso el "botón charro".
 
También se aplica el vocablo "charro" en México, designando al avezado y hábil jinete autóctono que se empleaba sobre todo en faenas ganaderas. Por extensión, en México también se habla de caballos "charros", de traje "charro", incluso ha venido a hablarse de la "charrería", considerada como deporte nacional.
 
Por último, también en Iberoamérica, registramos el empleo del término "charro" en Honduras, donde se le llama "charro" a un sombrero común, ancho de falda y bajo de copa.
 
En cuanto a la etimología del vocablo "charro", la RAE sostiene que "charro" proviene del euskera "txar" (que significa "débil, defectuoso"), sin embargo no faltan los que sostienen que su raíz hay que buscarla en la palabra mozárabe "chauch" que significa "pastor" y "caballista". Es interesante señalar aquí que la palabra "gaucho" también podría provenir del mismo mozarabismo, como indicaron Emilio Honorio Daireaux o Federico Tobal; muy probablemente la localidad granadina de Chauchina también podría compartir esta remota etimología mozárabe.
 
Para los campesinos de Jaén se empleaba y sigue empleándose el gentilicio "chirri" para denominar al hombre y el de "pastira" para la mujer (según Pascual Madoz, en la primera mitad del siglo XIX a los jaeneses del campo también se les llamaba "pastiris"). El gentilicio "chirri" actúa también como gentilicio (hasta cierto punto hipocorístico) que denota a los que llevan una vida basada en la labor ganadera. En cuanto a la etimología del vocablo "chirri" (como gentilicio de Jaén) hemos leído que proviene del "chirriado" de las carretas que llevaban los campesinos para venir de la vega hortelana a la ciudad, aunque otros aseveran que "chirri" es como se le denominaba a las heces del ganado vacuno.
 
Con bastante probabilidad la palabra "charro" está relacionada con el mundo de la ganadería, como se pone de manifiesto en el empleo de vocablos derivados del "chauch" mozárabe, como también puede ser la de "gaucho". Lo que todas las palabras que hemos presentado comparten entre sí es que denominan gentes, tierras, costumbres y utensilios propios de una cultura ganadera de pastores, como lo eran los charros en Salamanca, los charros en México o los chirris en Jaén. 

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